domingo, 23 de noviembre de 2008

Rumbo al mar, apoyás tu cara en el vidrio.
Me decís: “tu mundo me resulta ajeno”,
mientras yo guardo un cigarro entre mis dedos.
Y al llegar: las luces sobre la autopista.
Pienso que jamás te he perdido de vista,
yo jamás contigo he sido un extraño.

No hay comentarios: