Dónde citar a Dolores para el reportaje. Nos encontramos en el bar del hotel Boquitas Pintadas y todo parece combinar. Dolores me recuerda a Nastassja Kinsky: bella, femenina y glamorosa.
- A los 17 empezaste a trabajar. ¿Sentís que tenés una vida más vivida que otras mujeres de tu generación?
- Lo que te puedo decir es que vivo intensamente. Independizarme temprano estuvo bueno.
- ¿Y qué es lo que más te ata en la vida? ¿Qué te impide ser feliz?
- Lo que me ata es lo que me hace sentir mal. Lo que siento como una atadura es ver la vida dramáticamente, esa gravedad que todavía me queda de la adolescencia, la quiero ir descartando. Quiero ir descartando ataduras, sentirme atada no me hace sentir bien, me da claustrofobia. Quiero quitarle gravedad a todo.
- ¿Qué sentís hoy como transitorio y qué es definitivo?
- Tengo vínculos más reales con mis amigos, eso aprendí. Entre el trabajo y mi vida no hay límite. Antes sentía que la vida me sobrepasaba, que todo sucedía a pesar mío. Ahora no, me voy apropiando de lo que quiero y empiezo a reconocer un lugar que me pertenece. Empiezo a sentirme cada vez más acompañada "de mí", eso es lo que está cambiando. Me apasiona mi trabajo y también me agota, necesito grandes pausas entre una cosa y la otra porque cada trabajo me exige más. Necesito limpiar y después llenar de vuelta el buche. (Risas)
- ¿Y que hacés en esas pausas?
- En realidad no hago nada, duermo un montón, entro en un ocio y un letargo. Pero lo que tendría que hacer es ir al dentista, al ginecólogo, todas esas cosas que jamás hago.
- Cuando descanso me hago chequeos médicos. (Risas) ¿Los personajes te enferman?
- Voy al psicoanalista cuatro veces por semana.
- ¿Mucha plata cuatro veces por semana?
- Sí, es un lujo.
- Un lujo que probablemente no te permita otros lujos?
- Pero a este lujo lo podés disfrutar enteramente...
- Como decía Roberto Galán, ¿tenés casa propia?
- No, solo tengo perros. Y de la calle. Tengo que sentar cabeza económicamente. No me sobra la plata porque la gasto en viajes también.
- ¿Cómo es tu relación con el éxito?
- Al éxito no lo reconocés cuando estás viviendo ese momento del éxito. Pero después, con el tiempo, se te viene encima. Y hay algo de poder o de seguridad que no sé si tiene ver con el éxito del trabajo o con el camino recorrido.
- Entonces, lo podés disfrutar. ¿No te da fobia?
- También me da un poco de fobia. Si hay un móvil de televisión en la puerta del teatro, pienso que alguien me está vigilando y me vuelvo a sentir claustrofóbica en la ciudad.
- ¿Y Tomás (Fonzi) cómo se lleva con la fama?
- ¡Ni hablar de mi hermano! Fui a almorzar con él el otro día y tenía dos móviles de guardia periodística. Lo siguen por toda la ciudad, todo el día. El está muy bien, muy tranquilo. Está muy relajado. Al principio se asustó cuando lo seguían, pero ahora los marea, los pierde. Se divierte.
- Parece un tipo maduro. ¿O será que las mujeres nos tomamos las cosas muy dramáticamente?
- Seguro, yo soy un ejemplo claro de la gravedad: vivo enamorada del amor y del drama de la vida, soy de vivir en carne viva, hago culto de la intensidad. ¡No lo aguanto! (Risas)
- ¿Será hormonal entonces?
- Seguramente. La semana pasada venía de un estar muy serena, con cosas muy claras en la cabeza. Me indispuse el domingo y se me fue todo a la mierda de una manera abismal. (Risas) Yo soy muy fiel a mi estado y cuando estoy en un estado hormonal tremendo, me lo creo.
- ¿Y si consultás de una vez por todas al ginecólogo?
- Volvemos a los chequeos médicos que no me hago.
- ¿Cómo es Luis Ortega, tu novio? ¿Tan dramático como vos?
- Es intenso también, pero no sufre las hormonas y me baja todo el tiempo. Cuando yo pienso que es el final, que todo es un horror, él me dice tres palabras que me hacen pensar que no vale la pena ese sufrimiento.
- Eso es lo mejor de los varones: son concretos.
- Sí. En especial, los que no se parecen a las mujeres. (Risas) La contención. Me gusta mucho la frase: "no rompas las pelotas". Es muy concisa y no queda otra que hacer caso. Si digo: "Estoy deprimida, me voy a matar", él dice: "Basta terminala, andá a dormir la siesta!" (Risas) Yo me conozco bastante, ya sé dónde caigo y cuándo caigo. Solo que a veces no quiero salir.
- ¿Estado civil? ¿Soltera, casada, concubina?
- De novia.
- ¿Desde hace cuanto tiempo?
- Cinco, casi seis años. Es un montón. Queremos ir hacia la modernidad de las parejas que viven separadas. Yo tengo unos roperos de ropa gigantescos que a él le molestan muchísimo. Tengo muchas cosas.
- ¿Y alquilar una casa más grande?
- Sí ya la alquilé, yo voy a ir a ésa y él se queda en casa. Está bueno eso de "te paso a buscar".
- ¿Sos celosa?
- No, prefiero no saber nada. No pregunto, no me meto, no reviso agendas, todo lo que hice en algún momento no lo hago más, mucho estrés.
- ¿Y él es celoso?
- Lo mismo. Estamos juntos hace cinco años, ya pasamos por todos los infiernos y ahora sabemos qué queremos y qué no. Esos celos enfermizos, esa cárcel, no.
- ¿Que tiene Luis de especial?
- Nos encontramos en el momento justo, eso fue perfecto. Somos muy hermanos. El tenía 17 años cuando lo conocí. Yo soy lo que soy porque lo conocí. Tuvimos muchas ganas de conocer, experimentar, saber: todo eso lo vivimos juntos. Ahora es otro momento y nos acompañamos bien.
- ¿Muy hermanos?
- Sí, sí. Y muy pares.
- ¿Es un sentimiento más estable que va más allá de las circunstancias?
- Sí, siento eso con él, que más allá de las circunstancias siempre voy a estar unida a él. Yo sólo quiero estabilidad, vivir de día, dormir de noche, quiero levantarme a la mañana, desayunar al sol. Estoy más grande. No puedo salir tanto como antes, me aburro. Me gusta irme en el mejor momento de la noche, antes me quedaba hasta la decadencia de la noche.
- ¿Cuál es el pico? ¿Cuál es el mejor momento de la noche?
- El pico es cuando están pasando la mejor canción, tomé un trago o dos y me voy contenta a mi casa. Antes era con las mesas dadas vueltas y cerrando el bar. (Risas)
- ¿Qué te pasa cuando los medios hablan de vos? Por ejemplo, cuando dicen que das una imagen de conflictuada...
- Un poco me río. Pero también pienso que es mejor que crean que soy conflictuada a que soy estúpida. (Risas) Prefiero que no me comprendan a que me comprendan mal.
- ¿Y te divertía que te sacaran fotos provocadoras con Carolina Fal, Julieta Ortega, tus amigos?
- Me divertía hasta que veíamos la foto y no nos acordábamos que nos la habíamos sacado.
- ¿La decadencia de la noche?
- Estábamos yendo para ahí, directo a la decadencia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)


No hay comentarios:
Publicar un comentario